La fiebre del oro y el desorden en la minería colombiana pueden traducirse en catástrofe ecológica.
Por: Daniel Samper.
El texto plantea la problemática que durante mucho tiempo ha hecho estragos en los ecosistemas colombianos, donde el oro se convierte en una fuente de riqueza para unos pocos, que solo se mueven con su hambre de poder y de dinero, y quienes son apoyados por los altos mandos del país, y estos a su vez se convierten en títeres de las clases más pudientes y de todo aquel que vea en el oro un medio de bonanza.
Una frase que constituye la esencia de esta columna publicada por Daniel Samper en el periódico el tiempo es “Dentro de algunos años la palabra "oro" podría reemplazar a la palabra "coca" en la vida y azares de los colombianos”, con esta el autor nos da entender el peligro y las consecuencias de la explotación del oro actualmente en Colombia, anticipándose a lo que para el podría convertirse en un caos inminente, ilustrando este “pronostico” con hechos actuales que enlutan y manchan la minería en Colombia, como lo son la muerte de 21 trabajadores en los socavones de La Preciosa (Norte de Santander) y la de cinco más en La Escondida (Cundinamarca).
Posteriormente Daniel Samper dirige su crítica directamente al actual gobierno, tachándolo de ser la continuación de las malas obras del gobierno inmediatamente anterior, al que denuncia o se refiere como una “plaga ecológica” mostrando el hecho de que se concedieran licencias a importantes firmas canadienses para destruir nuestros ecosistemas, como la principal falta a nuestro medio ambiente dispuesta por este.
En el texto deja ver su inconformismo, y la necesidad de levantar una voz de protesta ante estos hechos, de tomar por fin las riendas de lo que nos pertenece y hacerlo respetar, comprendiendo nuestro país como nuestro más preciado tesoro el cual heredaremos a nuestros hijos, pretendiendo que sea en las condiciones más optimas de desarrollo integral para ellos.
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